martes, 14 de septiembre de 2010

"La Hago Corta": Mucho por Hacer

Por Octavio Loyola.

La memoria no me ayuda, pero creo que allá por el 91 asistí a la primera muestra de trabajos de comunicación. En aquella época la carrera era Periodismo. Ahora es Comunicación Social. Cosas parecidas pero no iguales, como leí en un perfil de Facebook. Pero en lo que siento es muy similar a aquella de los 90, es en la motivación. En la necesidad de mostrarse, de decir acá estamos.


Desde siempre nuestra carrera, mi carrera; soy egresado de Periodismo, y estudiante de la Licenciatura en Comunicación Social, padeció una dolorosa falta de inserción en el medio. En los medios y en la sociedad. Y esto me hace pensar un par de cosas.
Raro. Vengo a una muestra de trabajos. “Hacela corta” se llama, y termino pensando en lo laboral.
Es cierto que “laburo” no hay para nadie, o para pocos. Y esa escasez no discrimina especialización, pero desde siempre, veo que de la Facultad salen egresados, colegas, que no consiguen trabajo. Y cuando lo consiguen, cobran poco. Y les dibujan sueldos con becas y pasantías. Y mientras tanto en los medios, hay cada uno... que lo único que hace es sustentar o aportar su pobre grano de arena a la mediocridad periodística local.

Y en la Facultad hay excelentes alumnos. Muy buenas producciones. También hay de los otros. Pero la hago corta, no es para tanto. Como para decir que los medios son lo que son, por los comunicadores que salen de la universidad. Y tampoco creo que la sociedad piense que los medios son eso por la facultad. No. Pero si tenemos una facultad que desde hace 20 años prepara profesionales para la comunicación y la gran mayoría no emigró, no consiguió trabajo en el exterior. No se fue. Ya es tiempo de que empecemos a ver los cambios.

No hay motivos como para que los medios locales, estén cada vez peor, y pretendan seguir estupidizándonos -valga el neologismo- con su chatura.

Y mi crítica alcanza a muchos. A los canales de televisión que creen que estar al aire es impostar la voz, repetir frases armadas y gesticular pomposamente. A los sitios noticiosos online, que han hecho del “control c, control v” su esquema de trabajo. Y que por eso, cuando uno se toma el trabajo de visitar todos los medios digitales locales, encuentra los mismos comunicados: en todas. Salvo honrosas excepciones.

El hall de entrada del Anexo de la Facultad está lleno. Permanezco recostado contra una pared lateral del pasillo para no entorpecer el paso, y mientras veo las fotos y escucho algunas cosas de la radio abierta, una modalidad que no creo que sirva ni siquiera para sacarse el miedo inicial del micrófono; siento que la carrera no piensa seriamente la necesaria articulación entre egresados y mercado. Entre empleadores y egresados. Y no la asume como una responsabilidad suya. Que también lo es.
Y también siento, que pese a que las nuevas tecnologías son la gran herramienta para comunicar; y encima con bajo costo para irrumpir en el mercado de servicios; en la carrera se hace poco o muy poco sobre el tema.

Y pese a que casi no hay alumno que no tenga uno o varios correos, y está presente en las redes sociales; ni siquiera han aprendido como sacarle el jugo a esas tecnologías que no se acaban con el chat y el Facebook.
Son las 5 de la tarde. Hay mucha gente y creo que aunque muchos alumnos “están en otra”, para la muestra hubo mucho trabajo previo. Y la puesta en escena de las fotografías me sorprende gratamente. Original. Muy original.

Buenas fotos. Son 120. Interesantes miradas la de algunos alumnos. Una diversidad de intereses que entusiasma y hace pensar que algunos sí se toman en serio esto de prepararse para el futuro, para la vida.
Cortala Octavio, me digo. Vine a buscar información para redactar una crónica, pero siento que esto que pienso, quizá debería haberlo expresado en algún trabajo que se expusiera en la muestra. Como para debatirlo. Para discutirlo. Para pensarlo.
Para colmo estoy terminando de escribir, y veo que esto se parece a una editorial, a una nota de opinión, más que una crónica.

Se hacen las cinco y media. Hace calor. La primavera ya está entre nosotros. El espacio quedó chico. Mucha gente. Buena convocatoria. Vuelvo a casa.
Habitualmente a esta hora, cuando estoy en casa, tomo unos mates con mi señora...Me queda la opción de terminar de escribir esta crónica o soportar sus llamados -que cada vez se hacen más insistentes- para que la acompañe mientras riega las plantas.
Opto por salir al patio. Terminé. Conté lo necesario sobre lo que ví y sentí en esta, su tercera edición. “Hacela corta” Octavio -me digo- y apago la pc.

Por Octavio Loyola Estudiante de Comunicación Social.

Fotos

lunes, 13 de septiembre de 2010

Hacela Corta III: Un zumbido incesante de comunicación

Por Ane Sabbatella.

 Hacela Corta III creció en cuanto a montaje. Cuando llegué al Anexo, me encontré en el hall con los chicos armando la radio, pegando carteles, y montando la exposición. Estaban esparcidos y conversaban entre ellos. La gente de muchas carreras pasaba por al lado, miraba, se preguntaba acaso qué era todo aquello. Yo me encontré en la entrada con el “Comuñe”, un gran muñeco de trapo bastante aterrador que, según supongo, lo hicieron para exhibir los avisos de Hacela Corta. No sé, pero fue la segunda vez que vi a este misterioso personaje.


El encuentro del jueves 9 de septiembre mostró un trabajo de diseñadores de exposiciones. ¿O quizás me pareció, no más? Yo lo encontré como un trabajo difícil y bien detallado. La consigna esta vez era exponer fotografías y hacer una radio abierta. Se ocupó todo el hall del Anexo de la Facultad para hacer las actividades, desde las 16 hasta las 22 hs. La muestra fotográfica estaba presentada en el aula 1 de la planta baja, el montaje era atractivo, las fotos se exhibían en caballetes, sobre móviles de goma espuma plástica en forma de cubos, sobre las paredes, colgaban del techo. Todas las fotos tenían sus autores y títulos. Eran fotos profesionales, salvo algunas pocas. Yo no presenté mis fotos porque aún no cursé la cátedra de Fotografía y no sé sacar buenas fotos como el resto.

La radio abierta se puso en la entrada al Anexo. Allí muchos estudiantes presentaron sus programas, entre los cuales recuerdo Tal Cual, La casa está en orden, Se nos cayó el invitado… Los estudiantes de Portugués presentaron un radio teatro que no entendí muy bien. Algunos estudiantes de Lengua y Comunicación leyeron sus narraciones recogidas de relatos en la ciudad. Y durante la tarde siguieron las actividades radiales, como un zumbido de abejas que invadía hasta el segundo piso del Anexo. El zumbido era continuo, incesante, torpe, llegó a ser fastidioso.

Entretanto mirar, descubrí que el piso estaba cubierto por carteles, era una especie de diagrama en forma de flechas que te dirigían desde la radio hacia la muestra fotográfica. Luego miré las paredes, también llena de carteles. Cuando me dirigí a un rincón de la muestra fotográfica, noté que había algo muy peculiar. Yo diría que era algo muy parecido a una tarima toda cubierta de hojas de diarios sujetos entre sí. Detrás de esa ‘tarima’ había unos 4 papeles largos pegados en la pared, en blanco, dispuestos a ser escritos. Entonces me paré en esa tarima, como tantos otros también, y hablé sobre los medios. ¡Recibí un diploma! Tal vez era un souvenir de Hacela Corta III. Vi que también repartían la gacetilla No PrecisaMente, en la que hay publicaciones de los estudiantes de la Facultad.



Me quedé hasta el final, aproximadamente a las 22.00 hs cuando los chicos de Cacubra tocaron los tambores, los djembés, y los pandeiros que hacen sonidos de las zambas de Brasil. Cuando ya -por fin- hubo silencio, les ayudé a los organizadores a guardar las sillas, a despegar los carteles, las cintas; hasta que el hall se volvió, en comparación con lo que fue hace unas horas, algo desierto.



Me hubiera gustado animarme a felicitar a los que idearon y organizaron Hacela Corta III, porque, viendo que materializan sus ideas con el fin de hacer algo para todos, tengo la sensación de que ésos son los buenos compañeros.

Ane Sabbatella